miércoles, 16 de mayo de 2007

Despierta desvelo. Sosunc. Catálogo

Despierta desvelo

¿Los árboles fueron manufacturados para construir el interior de la casa?
¿Es la casa el  interior de un árbol gigante?
Pensando esto metí un huevo duro en mi boca lo tragué casi sin masticar, decidí comer un segundo y un tercero, cuando mire el reloj ya era tarde para salir,  el sol ceñía las veredas y caminar  a esa hora hubiera sido imposible. Entrecrucé los brazos, me dormí sobre la mesa de la cocina.
El sonido de una radio vecina intercedió mi sueño, lo atravesaba como una trenza gigante, una lombriz solitaria, mientras tanto yo me cortaba los pies, los metía en una bolsa de polietileno transparente, los miraba y me arrepentía...cómo me corté los pies, decía sin parar! Los agarraba y me los ponía como si fueran unas botitas y suspiraba llena de alivio, simplemente quedaron las marcas, como de medias apretadas.
Entonces salí del cuarto, baje las escaleras. Mi abuela estaba en el jardín, yo intentaba decirle algo, a cerca de los huevos duros, creo. Pero las palabras salían mudas….
No muy lejos de ella, mi primo serruchaba un árbol.
Acá el garaje va a quedar fantástico….
Di unas vueltas por el terreno, buscaba  algo sin saber exactamente qué. Creo que era un tesoro, un túnel del tiempo como en la serie que pasaban por TV.
Ellas, las mujeres de mi familia,  volvían del trabajo. Una a una las veía pasar. Reconocía en sus siluetas sus oficios. Eran tan parecidas pero tan distintas. Yo volvía a pensar en los tesoros que me esperaban al cerrar los ojos.
Unas sombras parecían bailar en el interior del árbol casa.
Mientras tanto las guindas amuchadas hacían un río de carne.
Era la hora.
Catalina León- Viviana Blanco
Buenos Aires,  julio de 2010





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